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Marina Mil-Homes

Brillo es mi color favorito!

Su histOriA...

Kintsugi Hand

Marina Mil-Homes, con raíces portuguesas y una educación alemana marcada por la disciplina y la precisión, ha pasado más de una década viviendo y trabajando en distintas regiones de España. Su puesta a punto artística tuvo lugar cuando se trasladó a Israel. Pero la vida a veces tiene otros planes... e inesperadamente se encontró viviendo y creando de nuevo en Ibiza.

 

Imagínese un taller flotante en el puerto: ¡exactamente esto hace que sus creaciones sean tan inusuales como suena su lugar de trabajo! Un espacio sereno y creativo donde los tesoros olvidados, principalmente instrumentos rotos, se someten a un cambio de imagen glamuroso.

 

Inspirada en la sabiduría de las filosofías japonesas, Marina abraza el encanto de lo roto, especialmente a través de su admiración por el Kintsugi, el arte de remendar con oro la cerámica rota. Su filosofía se basa en la creencia de que las cicatrices pueden hacer que un objeto sea aún más bello y valioso, resaltando la belleza de la imperfección. Coincide con la filosofía del wabi-sabi, que encuentra la belleza en lo impermanente, modesto e incompleto.

 

Su compromiso con la sostenibilidad es también un aspecto vital de su práctica. Al insuflar nueva vida a objetos olvidados o destrozados, no sólo honra su pasado, sino que aboga por un enfoque más consciente del arte y el consumo.

Porque, ¿por qué no hacer arte que no sólo sea bonito y exquisito, sino también lleno de significado?

A través de actos benéficos, exposiciones y colaboraciones en todo el mundo, Marina promueve vibrantes debates sobre la belleza de las imperfecciones y la magia de lo inesperado. Su arte susurra que cada defecto o imperfección puede convertirse en un manantial de fuerza e inspiración, invitándonos a profundizar y apreciar las profundas historias que se esconden bajo la superficie de sus piezas.

 

En un mundo obsesionado con los filtros perfectos, el arte de Marina es un grito vibrante para abrazar nuestras imperfecciones. Nos recuerda que nuestras cicatrices no son sólo marcas, sino insignias de honor.

 

Somos seres delicados, pero no «irreparables». 

Un recordatorio de que nuestras roturas, nuestras grietas y los lugares donde nos hemos pegado de nuevo forman parte de lo que llegamos a ser.

 

Su visión artística consiste en derribar barreras, romper tópicos y difundir energía positiva, celebrando la fuerza y la resistencia. Convertir lo destructivo en constructivo y lo irremediablemente roto en un nuevo y precioso capítulo de la vida.

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